Ya conoces qué es el Phishing, cómo tu computadora puede adquirirlo y cuáles son sus principales riesgos. Ahora toca el turno de conocer otra de las ciberamenazas: los troyanos.
Su nombre nos da una gran idea de cuál es su mecanismo de operación (al ser también conocido como Caballo de Troya), pero para que no haya lugar a dudas, primero hay que definir qué es un troyano.
Esta amenaza informática es un tipo de software, el cual se “disfraza” frente a su víctima, al mostrarse como un programa real y totalmente inofensivo, pero que al instalarlo logra causar serios daños al equipo.
Una vez instalado en el equipo, el troyano le otorga acceso y control a un usuario no autorizado. Este acceso también se le conoce como “Backdoor” o “Puerta Remota”, pues permite a un individuo acceder al equipo desde una ubicación remota, sin requerir ningún permiso, y sin que la víctima se dé cuenta.
Aunque en un inicio los troyanos eran utilizados como herramienta para causar daños a las computadoras infectadas, en la actualidad su uso ha cambiado en su mayoría para robar datos bancarios y diversos tipos de información personal.
¿Cómo evitar ser infectado por un troyano?
Ya que a primera vista los troyanos parecen ser un programa útil, desconfía de todos los programas en internet y evita descargarlos o instalarlos, sin antes cerciorarte que provengan de una fuente fidedigna.
No abras correos ni aceptes transferencias de archivos de procedencias desconocidas, pues aunque al principio puedan parecer inofensivos, pueden contener un troyano escondido entre sus archivos.
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