“Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”, dice una frase de F. Roosevelt que retomó auge con los filmes recientes de superhéroes. Lo mismo aplicaría para las empresas. Como dirigentes, somos las personas responsables de que todo marche bien en nuestro negocio, pero también tenemos a nuestro alcance herramientas que nos ayudan a ser excelentes líderes.
- Consciencia de liderazgo:
En las organizaciones, el trabajo en equipo es fundamental, pues cada colaborador es importante en el desarrollo de las labores diarias. No obstante, debemos estar conscientes de quién es el “capitán al mando”. Nada disminuye tanto a los ojos de nuestros empleados como un jefe que no acepta los errores y busca culpabilizar de alguna forma a su equipo.
Es recomendable entonces que los líderes, ante alguna contingencia, la aceptemos en su justa dimensión y la analicemos para encontrar soluciones adecuadas. Los buenos jefes transmitirán en su comunicación que saben lo que está ocurriendo, que están tomando cartas en el asunto y que hay una forma de solución con la participación de todos.
- Empatía:
Los dirigentes también son responsables del clima que impera en su organización. Funcionará mejor la organización y se incrementará la productividad si se crea un ambiente de cooperación, diligencia y eficacia, a uno donde exista el estrés constante, temor o frustración.
La paciencia también es fundamental a la hora de implementar las decisiones tomadas desde la dirección. Necesitamos resultados rápidamente, no obstante, es tan importante tomar acciones inmediatas como el conservar los vínculos con los empleados para trabajar de forma armoniosa, por lo que debemos vigilar la forma en la que transmitimos las indicaciones.
- Información:
Ante cualquier eventualidad, hay que tener la mayor información posible para poder tomar decisiones responsablemente. Mientras más datos tengamos, se podrá reducir la incertidumbre y se irá aclarando el panorama. Esta información será, además de la de nuestra área, del contexto donde se ubica nuestro negocio, ya que dependemos también de los cambios de nuestro entorno cercano, e incluso nacional.
Al tener estos tres puntos en consideración, no cabe duda de que te convertirás en un buen líder que toma decisiones responsables, informadas y con un ánimo positivo, que hará del entorno de tu organización un buen ambiente de trabajo y cooperación para la búsqueda de soluciones factibles.
