El Burn-out es una de las principales causas de rotación en las empresas. Sabemos que los síntomas de este padecimiento tanto físicos como mentales inciden de manera importante en los resultados de nuestros negocios y que los empleados pueden llegar a disminuir su productividad de manera significativa. ¿Cómo evitamos entonces que el Burn-out aparezca en nuestro entorno profesional?
Para no sentirnos “quemados” en el trabajo, es necesario conocer cómo prevenir y erradicar los síntomas.
- Prioriza y valora resultados: En ocasiones surgen imprevistos que se unen a los pendientes y tareas atrasadas que ya estaban en nuestro escritorio. Intentas cumplir todo, pero no terminas uno y ya necesitas haber entregado lo demás. Esto ocasiona el agobio y el estrés que son de los principales síntomas del Burn-out. ¿Cómo combatir estos aspectos?
El establecer prioridades nos ayudará a trazar un mapa o ruta a seguir, lo que nos dará una sensación de seguridad y, además, nos ayudará a apreciar en lo que hemos avanzado. Tomar en cuenta lo que ya hicimos, es decir, valorar los resultados hará que nos sintamos eficaces y dispuestos a cumplir con el orden que nos hemos propuesto.
- Vigila los procesos: Al obtener los resultados, normalmente nos enfocamos en conseguir nuevas metas, a veces mucho más ambiciosas. Pero no nos detenemos a pensar un momento en aquellos sucesos que pudieron haber entorpecido el proceso.
Si hemos conseguido buenos resultados, una observación a los procesos con una actitud de mejora nos ayudará a ubicar aquellas fases que pueden mejorar, lo que automáticamente hará que alcanzar las nuevas metas sea factible y lo más importante: sin desgaste innecesario tanto de equipo como de recursos humanos.
- Técnicas de relajación: El deseo de conseguir las metas trazadas, así como la desorganización ocasional por las fechas límites, hacen que aparezca el cansancio físico extremo, ansiedad y agotamiento mental y, a nivel grupal, las relaciones laborales se pueden llegar a volver agresivas y, lo más preocupante: ineficaces.
Para contrarrestar estos síntomas, existen técnicas de relajación muy variadas. A nivel personal, es necesario que emprendamos una búsqueda de aquellas que nos dan más resultados y sean beneficiosas para la salud física y mental. Van desde música tranquila o aquella que nos motiva, videos con sonidos de la naturaleza, unos minutos de meditación o técnicas de respiración. A nivel grupal, la sana convivencia y dinámicas de integración funcionan a las mil maravillas para consolidar un buen equipo de trabajo, que se prestará a la colaboración solidaria en tiempos difíciles.
Continuará…
